A cuarenta y cinco años de la Masacre de Margarita Belén, perpetrada el 13 de diciembre de 1976, el Comité de Prevención para la Tortura, Otros Tratos y Penas Crueles, Inhumanos y/o Degradantes (CPTCh) rememora la lucha de las y los militantes perseguidos, detenidos, torturados, fusilados y desaparecidos por la dictadura cívico-militar-eclesiástica.
Según la base de datos confeccionada por el Registro Único de la Verdad (RUV), de la Comisión Provincial por la Memoria de la provincia, la cifra de personas desaparecidas vinculadas al Chaco asciende a ciento noventa.
En estos cuarenta y cinco años el pueblo argentino logró el repudio generalizado a la barbarie dictatorial. Sobre la base de los procesos de “Memoria, Verdad y Justicia”, el juzgamiento a los autores de crímenes de lesa humanidad es único en su profundidad y extensión y tiene reconocimiento internacional.
Desde el CPTCh velamos por la plena vigencia del Estado de Derecho e instamos a implementar todas las medidas tendientes a garantizar el mejoramiento de las condiciones inhumanas de vida de las Personas Privadas de su Libertad (PPL) en los centros de detención del Chaco, constituyendo carácter urgente y prioritario, para que la violencia institucional no sea una cuestión cotidiana y que la impunidad no se transforme en un atributo del poder.
El paradigma es el de un Estado garante de los Derechos Humanos. Los avances son innegables, aunque falta mucho aún para eso.
La Masacre se perpetró durante la noche del 12 al 13 de diciembre de 1976 cuando fueron ejecutados veintidós militantes y se produjo la desaparición forzada de otros cuatro, en un operativo conjunto del Ejército y la Policía del Chaco. Las Fuerzas Armadas junto con la Policía de Chaco y el Poder Judicial hicieron pasar un fusilamiento masivo como un “enfrentamiento con subversivos”.
El caso fue uno de los más de setecientos tomados en cuenta en el Juicio a las Juntas, en 1985, y por eso se condenó a los miembros de la Junta Militar integrada por Jorge Videla, Emilio Massera y Orlando Agosti