El 19 de abril se celebra el Día del Aborigen Americano en recuerdo del Primer Congreso Indigenista Interamericano realizado en 1940, en Pátzcuaro, México. Allí se reunieron representantes de las culturas indígenas de Abya Yala, para analizar su situación y organizarse frente al avasallamiento de sus derechos. En este encuentro se fundó el Instituto Indigenista Interamericano, que tiene su sede en México y que depende de la Organización de Estados Americanos (OEA).
Egidio García, perteneciente al Pueblo Qom y vicepresidente del Comité de Prevención de la Tortura, analiza en la siguiente conversación la importancia de este día y el trabajo que realiza desde el organismo para las personas privadas de su libertad.
¿Cómo fue el proceso de reconocimiento de derechos para los Pueblos Indígenas?
A partir del Congreso de Pátzcuaro se celebra el Día del Aborigen Americano de diferentes formas en cada Pueblo, con momentos de reflexión y momentos de lucha. Hoy por hoy, en pleno siglo XXI, el movimiento indígena tiene su alcance en la normativa vigente y en todas las esferas de los Estados. Hubo un gran avance, pero siempre hay puntos clave para lograr el respeto a los Derechos Humanos y nuestras leyes, teniendo en cuenta el contexto global y local, como hoy que estamos padeciendo a nivel mundial la pandemia de Covid-19.
En 1945, mediante el Decreto Nº 7550 del Poder Ejecutivo Nacional, se reconoce la celebración del 19 de abril y en 1994, por primera vez y a través de la lucha de los Pueblos Indígenas en nuestro país se incluye en la Constitución Nacional el Artículo 75 inciso 17 y en la Constitución del Chaco el artículo 37, con el reconocimiento a la preexistencia étnica.
¿Usted participó de ese proceso constitucional?
Sí, participé y estuve en el proceso previo, se hizo un gran avance en esos años. En el Congreso de Pátzcuaro se logró un gran paso y luego vinieron los procesos de dictaduras militares en nuestro país. A pesar de eso el movimiento indígena nunca se quedó quieto, nunca estuvo en silencio. En 1960 se hicieron encuentros, se formaron organizaciones que nucleaban a los Pueblos Indígenas del continente.
En Argentina, alrededor de 1975, se constituyó la Asociación Indígena de la República Argentina (AIRA), encabezada por dos hermanos muy sabios, el Dr. Eulogio Frites, un abogado kolla que ya no está entre nosotros, y el hermano Nilo Cayuqueo, del Pueblo Mapuche. Ellos fueron a las Naciones Unidas y cuando regresaron, participando de los Derechos Humanos y de los Derechos Indígenas, fueron perseguidos por la dictadura.
En estos momentos se repite lo mismo en nuestro país y en la provincia del Chaco. Existe una vieja práctica de persecución racial y hostigamiento a las comunidades indígenas, a los dirigentes, a los que pensamos distinto en políticas de Estado. Lo que creemos y lo que queremos es cambiar esta realidad con políticas de Estado.
Hubo un gran avance en materia de legislación, ¿faltan políticas públicas para que estas leyes se hagan una realidad concreta?
Nuestro Chaco se puede poner en vidriera internacional, aquí se ha avanzado mucho en normas a favor de los Pueblos Indígenas. Pero de ahí a la práctica, al resguardo de nuestros territorios, sitios sagrados y recursos naturales, está lejos de cumplir. Sin embargo, todavía estamos de pie para luchar por estos recursos, por salud, educación vivienda. Hay participación indígena, pero falta el acceso a espacios decisorios.
¿Cuál es su mirada de la situación de los Pueblos Indígenas desde el Comité de Prevención de la Tortura?
Formé parte de la elaboración de proyecto de Ley para la construcción del Mecanismo Provincial de Prevención de la Tortura, estuve acompañando a quienes lo elaboraron, porque en esos años estuve trabajando como Diputado. El primer Comité que se constituyó fue ad honorem, luego me presenté al concurso para ser Miembro en representación de los Pueblos Indígenas. Tratamos de marcar nuestra presencia en este organismo.
Llevamos bastante tiempo y me da la posibilidad para estar en contacto con las personas privadas de su libertad que pertenecen a comunidades indígenas. Existe la persecución racial y el hostigamiento, lo vivo permanentemente, vemos casos. Los monitoreos en contextos de encierro nos dan pie para conocer lo que están padeciendo las personas indígenas detenidas. Por ejemplo, la situación en educación, ya que la mayoría no sabe leer y escribir. Hay mucho por hacer y trabajar.
Debemos avanzar, afianzar la lucha y poner en discusión la elaboración de políticas públicas en conjunto, Pueblos Indígenas y Estado, abordando la salud, educación, economía, Fuerzas de Seguridad, entre otras cosas. Ahora también las mujeres indígenas de las periferias de las ciudades del Chaco, junto con Mónica Caballero, una compañera del Comité, se constituyeron en Asamblea por las problemáticas específicas que están atravesando.