El 14 de mayo de 1987 fue sancionada la Ley N° 3258 del Aborigen Chaqueño que, entre otras cosas, crea el IDACH, un organismo autárquico para la elaboración y gestión de políticas públicas destinadas a los Pueblos Qom, Wichí y Moqoit de nuestra provincia. Por este motivo, también se celebra el Día de los Trabajadores Estatales Indígenas.
Egidio García, vicepresidente del Comité de Prevención de la Tortura (CPT) recuerda su participación en el proceso de elaboración de la Ley 3258, analiza el proceso histórico de reconocimiento de los Derechos Indígenas y, desde su cargo, comenta las problemáticas actuales con respecto a contextos de encierro y Violencia Institucional.
MUCHA GENTE DESCONOCE LOS DERECHOS INDÍGENAS, ¿QUÉ NOS PUEDE COMENTAR SOBRE ESTO?
EGIDIO GARCÍA: La legislación y las normas a favor de los Pueblos Indígenas datan de hace muchos años. Aquí en Argentina, en 1985, se sanciona la Ley N° 23.302 sobre Política Indígena y apoyo a las Comunidades Aborígenes y se crea el Instituto Nacional de Asuntos Indígenas. Las provincias, por ejemplo, Formosa primero y Chaco en segundo lugar, crean luego sus leyes. Nuestra Ley provincial se sancionó en 1987.
Muy pocas fueron las repercusiones en cuanto a nuestros derechos como Pueblos Indígenas. Hay Pactos Internacionales, como el Convenio 169 de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) que habla de pueblos tribales en países independientes. Y Argentina es uno de los países que lo ratificó a través de la Ley 27.170.
Después de eso, de tanta lucha de los Pueblos Indígenas mismos se pudo lograr en 1994 la modificación en nuestra Constitución Nacional. Teníamos en vigencia la de 1853 que decía que había que convertir a los indígenas al catolicismo, era una manera de someter a los Pueblos y “pacificar” en ese entonces.
En la reforma de nuestra Constitución se pudo establecer el artículo 75 Inciso 17, que expresa: “Reconocer la preexistencia étnica y cultural de los pueblos indígenas argentinos. Garantizar el respeto a su identidad y el derecho a una educación bilingüe e intercultural y la posesión y propiedad comunitarias de las tierras que tradicionalmente ocupan; y regular la entrega de otras aptas y suficientes para el desarrollo humano; ninguna de ellas será enajenable, transmisible ni susceptible de gravámenes o embargos”. Más adelante, la reforma constitucional en nuestra provincia establece el artículo 37 en la misma línea.
Gracias al avance en la lucha y las conquistas normativas, se usó en ese entonces el término “preexistencia étnica”, porque antes de la creación del Estado argentino los Pueblos Indígenas ya estaban en este territorio.
PODEMOS DECIR QUE EL CHACO ES ADELANTADA EN ESE SENTIDO.
EG: La Ley N° 3258 del Aborigen Chaqueño estuvo antes de la reforma de la Constitución nacional y provincial. Voy a retroceder a mi juventud. En ese entonces ya tenía unos 27 años, era un dirigente de la zona de Las Palmas, de donde soy oriundo, de un lugar que se llama La Isla. Y más que dirigente indígena, era un gremialista integrado al Sindicato Único de Trabajadores de Las Palmas, porque fui obrero también.
En ese entonces las organizaciones indigenistas, como INCUPO, ENDEPA y Amigos del Aborígen, se unieron para que los Pueblos Indígenas se juntaran a discutir una ley indígena para la provincia del Chaco. Recuerdo muy bien que se arrancó en el ’85 a hacer varias reuniones y asambleas en el interior, en Saenz Peña. Por primera vez ese año tuve el privilegio y honor de conocer a los Pueblos Wichí y Moqoit.
Pudimos emprender esa lucha sin precedentes en la historia del movimiento indígena. Dos años después, en 1987, vinimos a la ciudad de Resistencia. En ese mayo muy frío, estuvimos tres o cuatro días frente a la Cámara de Diputados en una sentada que hicimos los tres Pueblos Indígenas para que se sancione la ley N° 3258. Me viene a la memoria Carlos Benedetto que fue el último Director del Aborigen bajo la Ley N° 970 (ley de facto) y encabezó la marcha junto con las organizaciones, las ONG’s y diferentes iglesias.
Era muy escasa la participación genuina y general de los Pueblos Indígenas en ese entonces, estaban ocultos. A partir de esta lucha se crea la Ley N° 3258 y ahí emprendemos otra lucha por lo legal, por establecer normativas.
COMO VICEPRESIDENTE DEL CPT, ¿NOS PODRÍA DECIR CUÁL ES LA REALIDAD DE LAS PERSONAS QUE PERTENECEN A UN PUEBLO INDÍGENA Y SE HALLAN PRIVADAS DE SU LIBERTAD?
EG: En primer lugar, debo agradecer a las organizaciones indígenas, los dirigentes, líderes y liderazas de los tres Pueblos y a los legisladores que hace cuatro años atrás me han elegido para que integre este organismo del Estado en representación de los Pueblos Indígenas. Y agradecer a mis compañeros de trabajo, los Miembros del Comité, que me han aceptado y han confiado en mi persona para que asuma la gran responsabilidad de ser vicepresidente por dos años consecutivos. Esto genera que la integración real de los Pueblos Indígenas se visualice más a través de este organismo.
En cuanto a los hermanos indígenas privados de su libertad, tenemos un trabajo muy importante de recorrida y monitoreo por las comisarías del interior. Hemos conocido el caso de un chico en una de ellas que no sabe hablar en español, no sabe escribir y está acusado de un delito que él dice que no cometió. Esa es una realidad de una gran parte de los privados de su libertad indígenas de la provincia, la mayoría no sabe leer ni escribir. Es un problema sobre el que tendremos que trabajar de lleno a futuro.
Privados de su libertad y a la vez privados de todo, del derecho a la educación para aprender a leer y escribir, o de ser comprendidos en su lengua. Es quizás un desafío para el Comité avanzar en este tema.
¿Y EN CUANTO A LA VIOLENCIA INSTITUCIONAL EN LA VÍA PÚBLICA?
EG: Tenemos muchísimos casos, materiales y trabajo hecho por este tema de hostigamiento y persecución racial. No solo se da en Resistencia, sino también en Castelli y Saénz Peña, donde las comunidades indígenas están en la periferia de las ciudades.
Esta situación es peor en el interior, en El Sauzal, Sauzalito y Misión Nueva Pompeya, por ejemplo. A los hermanos wichí, aparte del hostigamiento diario, les implantan la persecución racial. Nunca se habló en este marco de discusión con el Estado chaqueño sobre el mal manejo de las Fuerzas de Seguridad hacia las personas de las comunidades indígenas. Cada vez que se me da la posibilidad de decir lo que sucede con los Pueblos Indígenas en nuestra provincia, lo manifiesto.
¿QUÉ OPINA DE LA SITUACIÓN QUE SE HA GENERADO CON LA GUARDIA WHASEK?
La Guardia Comunitaria Whasek de los wichí en El Impenetrable de nuestro Chaco es una organización indígena creada por integrantes de varias comunidades. Esta acción obedece a la falta de políticas de Estado. Creo que a lo que hay que apuntar es al acceso a la salud, la educación, vivienda y el cumplimiento de nuestros derechos.
Todo esto en el marco del Convenio 169 de la OIT, en el que se señala la autodeterminación que tenemos como Pueblos Indígenas. Es la manera en la que los hermanos wichí se organizaron para defender sus territorios y como insignia o distinción crean esta Guardia Comunitaria llamada Whasek en su idioma.
Los Pueblos Indígenas siempre nos caracterizamos por la defensa de nuestro territorio ancestral y el Estado y el gobierno deben privilegiar la búsqueda de hacer cumplir nuestros derechos para que haya mayor entendimiento.
Hay un concepto errado en algunos medios que hablan de grupos paramilitares. Ellos no tienen este pensamiento, se organizaron sin armamento. Es una organización nacida en territorio, son Pueblos Indígenas que se organizaron en cumplimiento de los Pactos Internacionales, como el Convenio 169 de OIT. En ejercicio de esos derechos internacionales nosotros tenemos nuestras distintas organizaciones.
Como mensaje final quiero destacar que los Pueblos Indígenas estamos de pie a pesar del mal momento que está pasando la Humanidad ante este virus Covid-19. Cuando pasé todo esto seguiremos trabajando por educación, vivienda, salud, tierra/territorio, biodiversidad y tantas cosas que tenemos para plantear y replantear en estos nuevos contextos generados por la pandemia.